martes, 9 de diciembre de 2014

Las industrias culturales y el cine

Las industrias culturales  son  los bienes y servicios culturales cuyo valor económico primario deriva de su valor cultural y tienen el potencial para la creación de riqueza y empleo a través de la generación y explotación de la propiedad intelectual. En lo que refiere a industrias creativas, sus bienes/contenidos creativos se basan en el uso principal del producto y la organización productiva que subyace a él.
Las características que encontramos en el cine de la industria cultural/creativa son la significativa inversión de capitales y la división del trabajo propio de toda industrialización. La producción de cine, se busca encontrar unos contenidos, unos usos sociales y un modelo de financiación que permitirán su expansión y aplicación masiva. El cine muestra una presencia intensiva de la economía del país. En el caso del cine se han creado desde su expansión grandes grupos multimedia, las majors, que producen los contenidos a un nivel mundial y con alto rendimiento económico.
El sector cinematográfico español, ingresó en 2010 fueron de 662,3 millones de euros, de los cuales 80,2 millones correspondieron al cine español, una cuota de mercado del 12, 1%. Actualmente, los datos para 2014 son negativos,17 millones de espectadores menos, un desplome de la taquilla que la Asociación Española de Cinematografía calcula cerca del 20%, con un 28% menos de rodajes, una importante reducción de las futuras ayudas y la desaparición de decenas de empresas y puestos de trabajo. La progresiva transformación del sector, debida a la fragmentación de audiencias, cambios sociales y los hábitos de consumo han ayudado a esta decadencia que la crisis ha agravado. Se ha encontrado en la digitalización, la implantación de redes y generalización de dispositivos (tablets y móviles) un replanteamiento de asignación de rentabilidades.

La naturaleza de las industrias culturales y creativas se basa en los bienes indivisibles e inagotables, es decir el consumo del cine ni destruye el bien cultural que distribuye, ni anula el disfrute para próximos espectadores. La naturaleza acumulativa del consumo de este tipo de industria, lejos de agotar la demanda del usuario, la estimula y provoca la creación de nuevas producciones cinematográficas similares o en algunos casos independientes. El cine y toda la industria forjada a su alrededor determina los valores culturales de cada tiempo y lugar.

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