martes, 9 de diciembre de 2014

CINE MODERNO



A partir de los años 50 el cine clásico entra en 
decadencia.Con la aparición de la televisión, la producción  se reduce notablemente y se abandona la serie B. Otro de los motivos por lo que se reduce el público es la demográfica, dado que  se pone de moda vivir en urbanizaciones y se comienza a explotar el cine drive-in, reduciendo la población de las ciudades que acude al cine. También, se crean leyes contra el monopolio, para que las empresas dolo se pudiesen especializar en la emisión, producción, realización, distribución o emisión.
A partir de esta fecha se comienza a hacer cine de otro modo, destacando el cine en formato panorámico, por ejemplo la gran producción Ben-Hur, película de 1959 dirigida por William Wyler.
Frente al Star System del cine clásico, donde los directores no tenían demasiada importancia y la película se publicaba a través de los actores, en el cine moderno se valora la importancia del director.

LA MODERNIDAD CINEMÁTOGRÁFICA    

         El agotamiento del clasicismo da lugar a una de las grandes etapas del cine. Los cineastas se preguntan si se puede hacer otro cine (rechazan los modelos clásicos del happy end, las historias y la manera de contarlo…). Surgen nuevos cines en multitud de países pero los más destacados son Francia, Gran Bretaña, Alemania y EEUU. La actitud global se contrapone a la tendencia global.


Las reflexiones teóricas sobre el cine de esta época de autores como André Bazín (“Que es el cine”, 1958-1963) en Francia, o las jornadas organizadas por Basilio Martín Patino (“Conversaciones de Salamanca”, 1955) en España. Donde estos autores denuncian la crisis de creatividad, debido al círculo cerrado en el que está envuelto el cine y la falta de ideas que se estaba dando en Hollywood.
Aparece el cine en otros medios como la televisión, y esta aparece en los relatos cinematográficos.

Se rechaza la tradición narrativa cinematográfica de las formas clásicas, e intentan llevar la novela decimonónica al cine. Se contraponen los ritmos antiguos contra los nuevos ritmos, como el jazz que estaba en auge en esta época. Además la cámara deja de ser invisible (se pretende que el espectador empatice y crea que es su vida), cobrando presencia para que se sepa que es un mensaje.
Se busca la participación del espectador en la explicación, evitando la clausura del final y el happy end.

Ya no hay dogma, con mensajes explícitos, se buscan otros modos de producir cine sin el respaldo de los grandes estudios y el Start System. Se pretende crear más arte y menos espectáculo, consiguiendo que el estado lo considere un arte y por lo tanto debe proteger ese cine concediendo becas y ayudando a su producción. (Sistemas de producción alternativa, Estado Asistencial).
El guión libre frente al guión hermético. Donde el director acede a rodar con  unas pautas pero sin guion. La autoría nace de los directores. Se lleva a cabo una concepción ética, donde se instaura el cine de autor.       

  La nueva corriente, “Nouvelle Vague” es la denominación que la crítica utilizó para designar a un nuevo grupo de cineastas franceses surgido a finales de la década de 1950. Término acuñado por François Truffaut. Nos situamos en un momento de efervescencia y agitación donde nace el concepto de cinefilia, los autores no son solo cineastas sin más, son auténticos entusiastas del cine, “amarás al cine sobre todas las cosas” es su frase, y su santuario se encuentra en la cinemateca francesa.Nacen dos nuevas corrientes:

- Cahiers du cinéma (Cuadernos de cine), es una revista de cine francesa donde los críticos se muestran, con artículos totalmente radicales,  crueles con el cine clásico, aun así idolatran a Howard Hawks y Alfred Hitchcock.

-En contraposición a los ideales de la anterior está la revista Positif, fundada en 1952 por Bernard Chardère.



La “Teoría del cine de autor” (recogida en el libro de André Bazin), dice que la decisión final recae en el director, y que este no es un mero realizador, es decir es el autor de la obra de arte.


La Ley Pinay-Malraux (1958), da lugar al estado existencia creando esta ley de protección del cine francés, donde es muy importante su cine e imponen leyes para que no entre el cine americano.

Existe una conciencia metalingüística. Midnight in Paris (Woody Allen) en contraposición a Los 400 golpes (François Truffaut), donde el director quiere que el espectador vea que la cámara bota y barrios bajos aparece. Los autores reivindican la serie B. 

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