Tras leer la obra
de Armand Mattelart “Para Leer al Pato Donald” (Siglo XXI), he relacionado su
idea tanto con el modelo de educación bancario, como el conductista y la
publicidad subliminal comentados en clase. El modelo bancario, consiste en
depositar contenidos en la mente del educando, sin dar la posibilidad de
interacción o reflexión, lo cual favorece la pasividad y opresión de la
sociedad. El modelo de educación conductista, condiciona al niño para que
adopte conductas y tiene como idea principal que el ser humano está determinado
por su entorno, y que la única manera de entender su comportamiento es a través
del estudio de sus conductas observables, en este caso las ideas que Disney ha
planeado previamente. Lo que nos explica el autor, es que Disney trata de
educar a los niños mediante los dibujos y aprovechándose de su inocencia en una
sociedad capitalista, resaltando los valores como el individualismo, admiración
a los EEUU, riqueza y el desinterés por
el prójimo en beneficio propio. Todo esto, lo hace a través de mensajes
subliminales, que consiguen moldear las conciencias de los niños a través de
dibujos animados, con apariencia inofensiva. A continuación, resumiré el libro
y en qué consisten las teorías de Mattelart.
Walt Disney creó un producto sin
nacionalidad definida, que se convirtió en un arraigo cultural internacional, y
marcó parte de nuestra infancia. Sus dibujos animados son un modelo moral, casi
civilizador. El cual fue bien recibido por niños y adultos, pues estés últimos
se ven reflejados en los niños. El producto de Disney, se edificó de acuerdo
con las necesidades psicológicas del ser Humano, que ostenta es edad
privilegiada.
Disney opto por no representar
figuras humana, sino naturales, animales que no tuvieran un acento o idioma
especifico, ni se situaran en un escenario específico, pues las ambientaciones
de estas animaciones, son espacios que nos ofrece la naturaleza.
No existe la paternidad, en las
creaciones como Mickey Mouse, el clan Mcpato o las sinfonías tontas, no hay una
relación paternal, los protagonistas son huérfanos, aparecen por arte de magia,
y por ende carecen de mortalidad. Y esto se debe a que Disney evito el problema
de explicar la sexualidad, si bien sí se presentan relaciones sentimentales
como la de Donald y Daisy o Mickey y Minie, estas nunca llegan a consumarse y
son eternas. La relación que existe entre los personajes, es bastante
materialista o comercial, un claro ejemplo de ello es el tío rico que suele
manejar su entorno con dinero. La familia, en las creaciones de Disney pierde
totalmente su función y tiende a ser autoritaria y absolutamente interesada. El
papel del padre, es poco significativo y la madre es un prototipo de empleada doméstica
o elitista, que poco se ocupa de sus hijos; son los hermanos los que logran
mantener un vínculo real. La creación de Blancanieves y los siete enanitos de Walt
Disney, enfatiza el estereotipo de belleza, consumista, coqueta, vanidosa y un símbolo
sexual. Pero también, se integró el estereotipo de fealdad, representadas con
los personajes malvados de las historias, como son las brujas. Hay una
constante motivación, para simpatizar con los personajes que tengan nuevos
aparatos, el más costoso y los más inútiles. Así como, también, se inculca el
orgullo por las fuerzas armadas, el empleo de armas, y el rechazo a las formas
de gobierno anticapitalista.
En definitiva, lo que trata de
explicar Mattelart es como a través de la comunicación de masas, Disney,
consigue la colonización, colonización cultural de EEUU. No busca el
intercambio cultural, sino la invasión e imposición de sus costumbres y forma
de vida o pautas de comportamiento. Todo ello, con la intención de ampliar el
mercado estadounidense, generar consumismo y favorecer la globalización; de la
misma forma universalizar sus políticas. A través de los medios de comunicación
e industria de entretenimiento, utiliza a los más jóvenes, aprovechándose de su
inocencia, para moldear su conciencia, en favor de la cultura capitalista.
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